Bajo la lluvia, visitando el Santuario de Lourdes. A pesar del clima, el lugar irradiaba una paz y espiritualidad únicas. La devoción y esperanza de todos los presentes nos llenaron de emoción y nos hicieron sentir parte de algo muy especial. Un día lleno de fe y momentos conmovedores que siempre recordaremos.

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