Construida en 1940 para la Exposición del Mundo Portugués es uno de los espacios públicos más grandes y hermosos de Lisboa.
Sirve de punto de unión entre el Monasterio de los Jerónimos y el Tajo, permitiendo realzar la belleza del monumento.
Destaca por sus cuidados setos y fuentes monumentales que se iluminan al anochecer, creando un atractivo espectáculo .