Después del frío experimentado en Francia y Alemania, el temor de llegar a Innsbruck en Austria y enfrentarnos al frío de esas hermosas montañas nevadas, aceleraban mi corazón, sin embargo al bajar del Autobús y tener de frente esas bellezas naturales, los temores desaparecieron y me di cuenta que el frío en esa pequeña ciudad de Austria jamás se podría comparar con el vivido en tierras Galas y Germanas


















