La Mezquita de Solimán es un majestuoso símbolo del esplendor otomano, combinando arquitectura, historia y espiritualidad en un solo lugar. Su diseño monumental y ubicación estratégica en Estambul la convierten en una obra maestra atemporal. Es un testimonio del ingenio de Mimar Sinan y del legado de Solimán el Magnífico




















