Si hay un lugar en Estambul donde hay que sentarse para respirar profundo y tomar conciencia de las maravillas que se tienen delante de los ojos es en la Plaza de Sultanahmet.
Está emplazada en lo que era el antiguo Hipódromo: a un lado Santa Sofia, al otro la Mezquita azul, un poquito mas allá la Basílica Cisterna, en el centro los 3 obeliscos.