Se conoce también a los mevleví como derviches giradores o giróvagos porque tienen una ceremonia de danza-meditación, llamada Sama, que consiste en una danza masculina acompañada por música de flauta y tambores. Los danzantes giran sobre sí mismos con los brazos extendidos, simbolizando “la ascendencia espiritual hacia la verdad, acompañados por el amor y liberados totalmente del ego”. La ceremonia se originó entre los místicos de la India y los sufís turcos. El Sama, como ceremonia mevleví, fue proclamado en 2005 e inscrito en 2008 en la Lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco
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