Fue el emperador Maximiliano quien ideó el diseño del mirador y se cuenta que disfrutaba mucho de las vista, es el símbolo más famoso de Innsbruck brilla con luz propia en el centro histórico de la ciudad. Su nombre lo debe a las 2.657 tejas de cobre doradas al fuego que recubren el tejado del espléndido mirador que domina desde hace más de 500 años





















